¿Puede uno sentirse mal en Navidad?

La Navidad es uno de los eventos que más están condicionados por la cultura: en todos los lados se puede escuchar una canción navideña, ver a los Reyes Magos o a Papa Noel, encontrar ofertas para regalos y sobretodo percibir una atmósfera de alegría y felicidad. Todas las cosas nos hablan de unidad familiar, de buenas intenciones y cariño. Pero ¿qué pasa si no tenemos entusiasmo, si nuestras emociones son de tristeza y ansiedad y si no queremos participar a esta competición del “regalo más detallado” y de “la risa más fuerte”?

Parece que sea casi una obligación compartir momentos felices y a la hora de mostrarse triste o reservado puede pasar que algunas personas que nos rodean nos regañen, sin aceptar nuestra condición de aparente disonancia con el resto.

Esta dificultad se encuentra especialmente en las personas solas porque han perdido sus familias, porque se encuentran fuera de su ciudad, porque están separados, porque viven una situación de marginación social o por otras causas: comparar la Navidad actual con la que se solía pasar antes con todos los familiares puede generar emociones fuertes de soledad y tristeza, precisamente porque parece que todo el resto del mundo se lo está pasando genial.

También para las personas que ya padecen de depresión o de ansiedad esta es una temporada bastante difícil: los síntomas se acentúan, por intensidad y frecuencia, y la necesidad de apoyos es más evidente. Tareas como decorar la casa, comprar regalos o dar deseos a los demás pueden hacerse muy complicadas y causar sentimientos de vacío, melancolía y cansancio. En particular, las personas que sufren de depresión podrían sentirse aún más solas e inadecuadas por no poder compartir emociones de alegría con sus familias; las que padecen de ansiedad, podrían vivir como muy estresantes las compras de regalos o la organización de la reunión familiar; y por fin, las personas que sufren de un trastorno alimenticio podrían vivir una real pesadilla a la hora de escuchar hablar sólo de comida y de enfrentarse con la reunión familiar alrededor de una mesa cargada de comida durante horas muy largas.

Entonces es muy importante darse cuenta de todos los sentimientos que tenemos durante la Navidad, para que tanto nosotros como los demás vivan este periodo (y no sólo) en manera respetuosa y sincera. Si no nos sentimos en armonía con los anuncios que casi nos imponen de sonreír de una manera forzada y poco realista, simplemente tenemos que respetarnos y afirmar nuestro derecho a experimentar todas nuestras emociones.

Sin embargo, por otro lado, puede ser útil comprender porque sufrimos de este bajo estado de ánimo y porque la Navidad condiciona tanto nuestro humor, para comprobar si hay otros problemas escondidos. En esto caso podría ser un buen regalo para nosotros mismo pedir una consulta a un profesional que pueda ayudarnos a conocernos mejor… en Untradic podemos ayudarte y acompañarte en este proceso en busca del bienestar y tu pronta mejoría.

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